
Diferencias entre Revestimientos
, por Caterin Friedrich, 2 Tiempo mínimo de lectura

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Imagina que le das un “toque de lujo” a una joya: eso es el baño de oro.
Se aplica una capa super delgada, menor a 1 micra, de oro sobre un metal base como el latón o el cobre.
Es la forma más barata de ofrecer joyas que lucen como de oro, pero ojo: la durabilidad es baja.
Los clientes que buscan accesorios para ocasiones especiales, como una fiesta o un evento, pueden optar por este tipo, pero debes avisarlos de que el baño de oro se desgasta rápido con el uso diario, el contacto con agua, cremas o perfumes.
Es una buena opción para pedidos ocasionales, pero no para construir una línea de productos duraderos.
Aquí ya subimos un nivel: el chapado en oro tiene capas entre 1 y 10 micras de oro sobre un metal base, usualmente latón.
Esto lo hace más resistente que el baño de oro: si se cuida bien, las joyas chapadas pueden durar años, incluso con uso cotidiano.
Balancea precio y calidad.
Son ideales para clientes que quieren joyas bonitas sin gastar un dinero loco, y que se las pueden poner todos los días.
Esta técnica une una capa de oro (al menos 5% del peso total de la joya) al metal base mediante presión y calor, creando una unión super resistente.
¿Qué significa esto? Que una joya de oro laminado puede durar hasta 10 años, se ve exactamente como oro sólido, pero cuesta mucho menos.
Los minoristas lo adoran porque es una alternativa genial para clientes que quieren la apariencia del oro sin el precio premium.
Además, como la unión es física, no se desgasta como el baño o el chapado: puede lidiar con el agua, el sudor y el uso diario sin problemas.
Baño de oro: Para pedidos ocasionales, eventos o clientes que buscan un precio muy bajo, pero con la advertencia de que no es duradero.
Chapado en oro: Para el mercado masivo, uso diario, clientes que quieren calidad-precio balanceada.
Oro laminado: La mejor opcion para tiendas que quieren ofrecer un producto que se vea como sólido, dure mucho y tenga un precio accesible.